22.11.11

‎22 de NOVIEMBRE

DIA DE LA FLOR NACIONAL

EL CEIBO

Ceibo, también denominado seibo, seíbo, o bucare, es la
Flor Nacional de la República Argentina. Esta elección surgió
en las primeras décadas del siglo XX, después de muchas
discusiones y controversias, pero finalmente, el 23 de diciembre
de 1942, el Poder Ejecutivo Nacional, mediante el Decreto
Nº 138.974, consagró oficialmente, el ceibo como la Flor
Nacional Argentina.
El Ceibo es un árbol originario de América, de la zona subtropical,
no muy alto, de tronco retorcido, pertenece a la familia de las
leguminosas, por lo que las semillas se guardan en vainas
encorvadas. Sus flores son rojas, de un rojo carmín.
Crece en las riberas del Paraná y del Río de La Plata, pero se
lo puede hallar en zonas cercanas a ríos, lagos y zonas pantanosas
a lo largo del país.
La madera de ceibo es muy liviana y porosa, y se la utiliza para
la construcción de balsas, colmenas, juguetes de aeromodelismo.
Su presencia en parque y jardines argentinos, pone una nota de
perfume y color. Y el admirador evita arrancar sus flores, debido
a que sus ramas poseen una especie de aguijones.

Leyenda de la Flor de Ceibo

Cuenta la leyenda que esta flor es el alma de la Reina India Anahí,
la más fea de una tribu indomable que habitaba en las orillas del
Río Paraná.
Pero Anahí tenía una dulce voz, quizás la más bella oída jamás en
aquellos parajes, además era rebelde como los de su raza y
amante de la libertad como los pájaros del bosque.
Un día fue tomada prisionera, pero valiente y decidida, dio muerte
al centinela que la vigilaba.
En ese mismo momento, quedó sellado su destino para siempre:
condenada a morir en la hoguera, la noche siguiente, su cuerpo
fue atado a un árbol de la selva, bajo y de anchas hojas.
Lentamente, Anahí fue envuelta por las llamas. Los que asistían
al suplicio, comprobaron con asombro que el cuerpo de la reina
india tomaba una extraña forma, y poco a poco se convertía en
un árbol esbelto, coronado de flores rojas.
Al amanecer, en un claro del bosque, resplandecía el ceibo en flor.

La leyenda hecha canción:

ANAHÍ

las arpas dolientes hoy lloran arpegios que son para ti
recuerdan a caso tu inmensa bravura reina guaraní,
Anahí,
indiecita fea de la voz tan dulce como el aguaí.
Anahí, Anahí,
tu raza no ha muerto, perduran sus fuerzas en la flor rubí.

Defendiendo altiva tu indómita tribu fuiste prisionera
Condenada a muerte, ya estaba tu cuerpo envuelto en la hoguera
y en tanto las llamas lo estaban quemando
en roja corola se fue transformando...
La noche piadosa cubrió tu dolor y el alba asombrada
miro tu martirio hecho ceibo en flor.
Anahí, las arpas, dolientes hoy lloran arpegios que son para ti
recuerdan a caso tu inmensa bravura reina guaraní,
Anahí,
indiecita fea de la voz tan dulce como el aguaí.
Anahí, Anahí,
tu raza no ha muerto, perduran sus fuerzas en la flor rubí.