5.12.11

gentileza de panorama agropecuario


Fue en apenas 15 años. Además generó más de 1,8 millones

de empleos. Los datos corresponden a un estudio de ArgenBio.

Desde 1996, año de la introducción de la soja tolerante al

herbicida glifosato, Argentina ha sido líder en la utilización

de cultivos genéticamente modificados (GM), alcanzando

las 22,9 millones de hectáreas en la última campaña agrícola.

El proceso de incorporación de estas tecnologías ha sido rápido

y continuo, con una dinámica de adopción sin precedentes a

nivel mundial, y que ha llevado a que las variedades GM hoy

representen casi la totalidad del área cultivada con soja, el 86%

del área total de maíz y el 99% del área de algodón.

Según un trabajo realizado por el Dr. Eduardo Trigo para

el Consejo Argentino para la Información y el Desarrollo de

la Biotecnología, ArgenBio, este proceso de adopción le ha

reportado al país, a lo largo del período 1996-2010, un

beneficio bruto acumulado de 72.645,52 millones de dólares.

Estos beneficios se estimaron usando un modelo matemático

desarrollado por el INTA (SIGMA), que emplea datos del

Estudio del Perfil Tecnológico del Sector Agropecuario

Argentino (INTA), complementado con información del

Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación,

ArgenBio, el INDEC y la FAO.

En el caso de la soja tolerante al herbicida glifosato, los

beneficios sumaron 65.435,81 millones de dólares, de los

cuales 3.518,66 millones se debieron a la reducción de costos

(principalmente por reducción de labores y de la aplicación

de herbicidas selectivos que requiere la soja convencional) y

61.917,15 millones a la expansión del área cultivada. En

cuanto a la distribución de los beneficios totales, 72,4% fue

a los productores, 21,2 al estado nacional – a través de laretencione

y otros impuestos y 6,4% a los proveedores de tecnologías (semillas y herbicidas).

En el caso del maíz, las tecnologías de resistencia a insectos y

tolerancia a herbicida aportaron beneficios por un total de 5.375

millones de dólares, de los cuales 68,2% fueron para los

productores, 11,4% para el estado nacional y 20,4% para los

proveedores de tecnologías (principalmente semillas).

Finalmente, los beneficios en el caso del algodón resistente a

insectos y tolerante a herbicida fueron de 1.834 millones de

dólares, y fueron mayoritariamente a los productores (96%),

con un 4 % para los proveedores de las tecnologías (semillas y herbicidas).

plantacion de algodon

Dada la importancia del volumen de soja producido en

Argentina en la producción mundial, el estudio calculó además

el impacto que tuvo la adopción de esta tecnología por parte de

los agricultores argentinos en el gasto de los consumidores a

nivel mundial, en términos de ahorro, por disminución del

precio internacional. En este sentido, el total acumulado para

el periodo 19962010 se estimó en unos 89.000 millones de

dólares. En términos de precios, el análisis indica que si

este proceso de adopción no hubiese ocurrido, el precio

internacional de la soja, en 2011, hubiese sido un 14%

mayor de lo que fue.


En el plano social, se estimó el impacto que las tecnologías GM

han tenido en términos de generación de empleo. Según las

estimaciones realizadas, en los 15 años desde su adopción, podrían

atribuirse a esta tecnología más de 1,8 millones de empleos

generados por la economía argentina.

El trabajo de Eduardo Trigo analiza también algunos impactos

ambientales relacionados con los cultivos GM, haciendo énfasis

en la particular sinergia que hay entre la expansión de estos

cultivos y la práctica de la siembra directa, y el impacto positivo

que ésta ha tenido en la estructura de los suelos y la eficiencia

energética de las labores agrícolas.