2.7.06

ANTE TODO HUMANOS...Y HERMANOS

Conocía usted la historia de cómo se hicieron amigos después de una larga enemistad, Plácido Domingo y José Carreras?
Parece ser, y según dicen las buenas lenguas, que estos dos tenores que hoy cantan juntos deleitando a quién quiera escucharlos, fueron grandes enemigos allá por los `80.
Todo a raíz, y cuando no, por diferencias políticas entre catalanes y madrileños.
A tal punto su enemistad, que tanto el madrileño Plácido Domingo como el catalán José Carreras, hacían constar en sus contratos, cualquiera fuera el lugar del mundo, que solo se presentarían a cantar, siempre y cuando el supuesto “enemigo” no se acercara al lugar del espectáculo.
En 1987, José Carreras sufre de una enfermedad que trunca su vida artística. Se le diagnostica leucemia.
Sometido a varios tratamientos, e imposibilitado de cantar, prontamente su fortuna comienza a debilitarse. A tal punto que, enterado de la existencia de una fundación contra la leucemia en Madrid, decide acudir a ella imposibilitado de financiar los costos de su enfermedad.
Gracias a esta fundación llamada “Hermosa”, el tenor consigue curar su dolencia y por supuesto, volver a cantar.
Con el tiempo, y recuperado tanto física como financieramente, y agradecido con esta institución, solicita los estatutos de la misma para asociarse, y colaborar económicamente para la lucha de dicha enfermedad.
Es allí cuando descubre que el fundador, era su “archienemigo” Plácido Domingo.
Su sorpresa fue mayor aún, cuando se entera que esta fundación fue creada por Domingo para ayudar a Carreras en su dolencia desde el anonimato. Según el madrileño, no quería que el catalán se sintiera humillado por su ayuda.
Tiempo más tarde, en una presentación de Plácido Domingo, este es interrumpido en plena función por Carreras. El catalán, se arrodilló a sus pies agradeciéndole su noble gesto, y con un fuerte abrazo, sellaron una amistad que lejos quedó de aquella rivalidad geográfico-política.
Una periodista preguntó a Domingo porqué creó esta fundación con el fin de ayudar a su antiguo enemigo, y éste contestó : “El mundo entero no puede perderse una voz como esa” .
Historias, que nos recuerdan que somos humanos …y hermanos a pesar de cualquier diferencia.




Javier Lizarralde

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