14.6.06

PAPA, CONSEGUI LABURO

Pasaron ya algunos años desde ésa enorme preocupación adolescente. ¿ que voy a ser de mi vida?... Era “LA” pregunta. Seré abogado, médico, maquinista de trenes, jornalero... que seré? ...o que destino me espera ?
Debo confesar las veces que intenté recrear mis fantasías de triunfar en el campo de la música, como un integrante de QUEEN, frente al enorme espejo de la no tan enorme habitación que compartíamos 4 hermanos. O la vez que me ilusioné pensando en encontrar la reforma del estado, la sociedad, el mundo o todo lo que fuera factible de cambiar para mejor. Insisto en la patriada.
Desde aquella época de quijotescas opiniones, se deshojaron muchos almanaques y se pulieron tantas intenciones, que solo diré de ésa etapa, fue un pasaje recorrido a veces triste y otras no tanto.....pues me desesperaba por ser lo que yo quería y no lo que se pretendía de mi.
Mientras concurría a la secundaria, vendí chocolates en los quioscos, cargaba hornallas en el horno del Bato, cortaba trigo con la hoz en el Criadero Kleín, formé parte de un grupo musical, me rateaba a veces para ir a la vieja e inolvidable radiodifusora a escuchar en vivo y en directo al Chanta, Lito, Jorge, María Inës, Pichinoto y tantos otros. Después de 5to. año sin terminar, fui conductor de trenes, hacía comisiones para Daniel, productor y locutor de programas televisivos, presentador en festivales, marido fiél.......... y trato de ser un buen ejemplo para mis hijos. Los años de comunicaciones periódicas en distintos medios, me otorgan la licencia de periodismo local que me enorgullece. Hablo en radio y te escribo aquí, procurando relatar algunas vivencias, que espero te interesen.
Hace algunas noches atrás, por la Avenida principal de nuestra ciudad, un grupo de jóvenes correctamente uniformados con ropa del servicio penitenciario provincial caminaban despreocupados. Habían descendido del tren que los regresaba a casa despues de sus primeras horas de trabajo en Mercedes. Sus rostros aunque mostraban signos de cansancio, expresaban a la vez, señales del que ha ganado una batalla. Estoy casi convencido de lo difícil que fue su vida anterior, la del sin trabajo fijo, asalariado. Levantándose de las ruinas del fracaso, sin obtener el resultado esperado en cada presentación de curriculum o en cada ofrecimiento laboral.
Los vi contentos y pregunté, no sin antes felicitarlos...Hubo alguien que se ocupó de ellos, recogió sus datos, armó sus fichas, habló por ellos, siguió y defendió la posibilidad de ingreso. Alguien que sin ninguna obligación de dependencia, se comprometió con la causa de éstos Albertinos y logró no sin padecimientos burocráticos que hoy estos varones y mujeres pertenezcan al grupo de seres humanos que ejercitan el derecho a una retribución, a condiciones dignas de trabajo, a la jornada limitada, al descanso semanal, a la remuneración por tarea, al salario mínimo, vital y móvil, al bienestar que eso significa. Pero no fueron ellos solos, felizmente. Entre los que ingresaron a la fuerza policial y al servicio penitenciario suman más de 40 vecinos, que disponen de este trabajo, solo por insistencia de ...Alberto. Si, ya sé. Que tiene la sartén por el mango, puede ser. Pero te recuerdo que a la sartén la tuvieron otros y que yo sepa poco hicieron más allá de lisonjeras esperanzas. Quiero decir que lo intentaron pero no pudieron.
Además de los beneficios personales, estos nuevos empleados gastarán sus dineros mayoritariamente aquí, permitiendo enriquecer el circuito económico local, y que me perdonen ellos, este trabajo los distancia del clientelismo político a que se encontraban sometidos, o ha punto de someterse. La cuestión es que en Alberti, Alberto le solucionó un grán problema a Marcelo, Fernando, Cecilia, Daniela, Juan, Lorena, Anabela, Ana, Eduardo, etc. etc. etc. que están ,como decían las casamenteras suegras, bién empleados, con la mente tranquila y ordenada, el corazón contento y palpitando al ritmo de la alegría de sentirse útil en la sociedad que el destino quiso que vivieramos. Ya será tiempo de agradecer como se merece, es decir, con la responsabilidad y el compromiso laboral, a Alberto de Alberti..... o al flaco, como vos quieras.




Dardo Rojo
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