15.4.07

GRAN FIESTA DE RUIDO Y NOSTALGIA






El silencio de la siesta sabatina se vió interrumpido por el rugir de los viejos motores del Turismo de Carretera.
Los más entraditos en edad, dejaron de lado la almohada (y la vieja), para dar rienda suelta a los recuerdos de la mano de las cupecitas del TC, que a más de uno le hicieron llenar los ojos de lágrimas.
Gritonas, imponentes, desafiantes y casi prepotentes, hicieron su ingreso a la avenida principal con prolijo colorido y ante la mirada atónita de algunos sorprendidos.
Los más grandes intentaban hacerle entender a los más chicos, de que manera estos cascarones corrían hace más de cincuenta años a 240 kilómetros en caminos de tierra o incluso barro, con escasas medidas de seguridad; en una época donde la telemetría, la suspensión electrónica, la dirección hidráulica o servo asistida, el ABS y el control de tracción, eran conjuntos de palabras que aún no se habían inventado, ni existían en ningún diccionario técnico.
Los más chicos, algo incrédulos, no pueden ni siquiera imaginar como hacían aquellos pilotos para, aunque sea, doblar con esas "carcazas"
En fin, son épocas. Lo cierto es que el TC, sigue siendo la mayor pasión automovilística del país, pasión que convoca a la familia desde hace muchísimos años; un deporte que se puede disfrutar sin barrabravas, donde las diferentes hinchadas ya sea de el "Chivo", la Dodge, el Ford, y hoy el "Toro", conviven en una misma tribuna. La tribuna del deporte pasional y sano donde el domingo se convierte en fiesta.








Javier Lizarralde

albertimultimedios@yahoo.com.ar

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