Es el título de una película del director argentino Adrián Caetano. En ella narra las peripecias de un inmigrante de ese país en suelo argentino.Pero parece ser que uno de los destinos preferidos de la numerosa emigración boliviana es España. Preferencia compartida por la mayoría de los latinoamericanos.Hasta ahora uno podría observar actitud recíproca entre el estado español y el boliviano.Esta consistía en que mientras la petrolera Española Repsol-YPF intentaba quedarse con el control del anillo gasífero boliviano en combinación con la brasileña Petrobrás, para generar un dúopolio de hecho sobre ese combustible en la región, miles de ciudadanos de Bolivia huían de la pobreza hacia España, entre otros destinos.La nacionalización de los recursos hidrocarburíferos decretada por el gobierno de Evo Morales limitó las ganancias de esas compañías, aportando recursos a las empobrecidas arcas del estado sudamericano. Particularmente Repsol había declarado como suyos yacimientos que no le pertenecían, lo que fue hecho público por el gobierno del MAS. La consecuencia fue una caída en el valor de las acciones de la petrolera.Así las cosas, la entrada en vigencia de una estricta legislación migratoria por parte de la UE, tiene un “sabor a revancha” para el gobierno y el capital español. El mensaje podría decodificarse como “no nos dejan usurpar sus recursos naturales, pues muéranse con ellos y su pobreza”.Libre circulación de capitales, mas no de personas. La receta del fascismo de mercado para el fenómeno migratorio.
Aureliano Buendía
( especial para Alberti Multimedios)
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