La medida adoptada por el poder ejecutivo respecto a cobrar doble multa a los funcionarios que cometan infracciones de tránsito tiene más de una arista para ser tratada y realmente se convierte en materia opinable… por lo que no es raro que surjan distintas opiniones y algunas muy encontradas como la de los concejales de la oposición.
En primer lugar es novedosa, de tal manera que ha llamado la atención de importantes medios periodísticos como el Diario El Día y radios nacionales. Pero mas allá del interés periodístico que despierte me gustaría considerarla bajo el aspecto de su motivación, bajo el aspecto de su eficacia y bajo el aspecto legal o los efectos legales.
Respecto a las motivaciones, es evidente que es esta etapa Daffonchio, el tema tránsito es fundamental por que fue un fracaso la anterior implementación de un publicitado plan para ordenarlo y motivo de disputa con el anterior secretario de gobierno. Podríamos decir que arreglar el tránsito es casi la bandera de su gestión. A esto se suma que a la gente le caen bien medidas de esta naturaleza, como cobrarle mas a los funcionarios y además pone el tema en el tapete de una manera que la propia tropa no pueda venir con reclamos a la hora de ser multados, es decir que hay algo de demagogia pero también una estrategia de comunicación que parece le dio resultado. También le permite al gobierno recuperar la iniciativa en algunas cuestiones en las que venía perdiendo por goleada y como epílogo a las motivaciones, diremos que muchas veces las medidas de gobierno tiene componente demagógico o electoral, pero en si misma esa carga no invalida las medidas.
Analizada bajo su eficacia diremos que, logrado el objetivo de comunicarla, quedará en el inconsciente de los no funcionarios, es decir de la gente común, que las medidas vienen en serio y que va a ser difícil zafar si uno no está en regla, pero también hará que los funcionarios se cuiden el doble y no precisamente por el costo doble sino porque seguramente se convertirá en una estigma, con lo que convengamos es como subir a todos los empleados a una cruzada por el tránsito.
Vista desde lo legal, puede que existan resquicios para evitar un doble multa, pero en general las leyes consideran mas de una vez el hecho de ser funcionario, como agravante para algunas conductas, por ejemplo el hecho de robar para un policía o el abuso de un niño por un maestro, y además este tipo de faltas que pasan por un juez, en definitiva, siempre están sancionadas bajo la óptica subjetiva de su mirada que bien puede incrementar o reducir y hasta invalidar dichas multas.
Y para finalizar… convengamos que difícilmente un funcionario de esta administración se anime a discutir en el terreno de la Constitución una doble multa.
Carpincho
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