Cuando uno se quiere poner a escribir algo de Pedro, le pasa siempre lo mismo. Después de un rato de pensar nos preguntamos: "Por dónde empiezo?".
Es que uno puede tratar de enumerar cantidades casi infinitas de anécdotas, hechos, ideas, proyectos y hasta travesuras que se generaban de su chispa infinita. Pero después de un rato nos volvemos a preguntar: "Por dónde arranco?"
En lo personal hoy termino haciéndole caso a una frase muy suya, que tanto buen resultado le dió a él y su comunidad: "Arrancá nene...empezá!!!. Después Dios dirá!"
Fué precursor de infinidad de obras, que hoy disfrutan los albertinos. Eso no es poco. Y siempre lo hemos recordado basándonos en eso...o casi siempre. Pero Pedro además de precursor, ideólogo, político, deportista, maestro de los maestros, etc, fue persona.
Una persona de gran corazón. Para algunos casi un padre, para otros más que padre. Pedro fué padre de cada alumno, sea del colegio que fuere. Pedro fue más que un padre, presente en el momento justo, cuando las papas quemaban, y alguno de nosotros necesitaba la palabra y el consejo justo.
Pedro...el hincha de boca, el precursor, el político, el maestro, era sobre todo un ser que vivia según la doctrina cristiana.
Es por eso tal vez porque no es seguro, que nosotros lo recordaremos eternamente. Es por eso seguro y no tal vez, que el disfruta hoy de la vida eterna.
Javier Lizarralde
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