Si bien el “noviazgo político” de la diputada Marta Médici y el intendente Leonel Zacca no alcanzó a formalizar en decidido matrimonio, fue sostenido durante un largo período a pesar de alguna que otra infidelidad. Pero desde hace por lo menos seis meses el divorcio tenia plazo fijo…el 29 de junio.
La diputada sabe que de continuar pegada a esta administración no tiene chances de competir en el 2011, y cree con razón, que ya ha puesto el cuerpo en demasía por un “modelo” o una “manera” de gobernar que íntimamente también critica.
Se abren a partir de aquí un montón de alternativas que ni los mismos actores aún pueden visualizar en su totalidad, pero todos saben con certeza de tres o cuatro razones insoslayables:
La primera, que la elección del 2011 será siempre muy difícil pero que si el justicialismo no se junta, seguro tienen que dejar el palacio municipal.
La segunda, si la administración no mejora, y mucho, tampoco hay posibilidades para el 2011.
La tercera, que algunas de las opciones electorales que surgieron tienen ganas de seguir en carrera y todas abrevaron del electorado justicialista…
Y también saben, que el “motor” que significa la marca “Kirchner” está desinflado.
Juntarse será un imperativo, y tal vez no tan imposible, si comprenden unos y otros que en la interna justicialista del día 28 de junio, las cosas salieron parejas ya que tanto a Rivara como a Zacca les fue mal.
Mejorar la gestión es más difícil, pero tampoco imposible, claro que en ese caso Zacca tendrá que hacer de tripas corazón, barajar y dar de vuelta… ya que ni Daffonchio, ni Rivara, ni Médici están en la condición del ex concejal Tresser, como para “echarlos por la huella”, ni sobran amigos como para rediseñar el elenco de gobierno, sobre todo para las áreas de más conflicto como salud y gobierno, mas allá que pueda recurrir al presidente del Concejo para alguno de ellos, uno de los funcionarios que parece ir salvando la ropa.
Además de estas y otras razones, no serán menos complejas las circunstancias que surjan de los re-alineamientos en la política provincial y nacional y hasta es posible, que algunos de los hechos futuros en esos escenarios, ayuden a los justicialistas locales a encontrar un rumbo de unidad, que hoy parece peor que el que los llevó a la derrota del 28 de junio.
CARPINCHO
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