4.6.09

SUICIDIOS

Escrbir sobre un tema tan delicado como el del título, hace extremar la prudencia casi hasta la auto censura, ya que toca a personas que de por sí están desgarradas por estos hechos.
Pero también es necesario, de alguna manera, levantar una voz de alerta para que como sociedad nos preguntemos que nos pasa y nos preguntemos también que podemos hacer, si es que podemos hacer algo.
Las estadísticas, no siempre confiables, indican que en nuestro país hay ocho o nueve casos de suicidios por año cada cien mil habitantes, lo que significa que se suicidan entre 3500 y 4000 personas por año, pero en Alberti la proporción es escandalosamente mayor.
A falta de un criterio propio en el tema, pero convencido que esto tiene que ver con circunstancias sociales y/ o educativas, sin cargar culpas a nadie, el objeto de esta mención es hacer de disparador de un tema que merece atención entre tantos otros.








Carpincho


La siguiente es una nota a modo de aproximación de María Celina Ottonello (Lic. En Psicología)

Lamentablemente en la actualidad el suicidio se ha convertido en una de las primeras causa de muerte en el mundo entero, cifras tristes que desesperan y se acrecientan , motivadas por crisis ante las cuales el sujeto se encuentra inerme.

Uno de los principales factores causantes, son seguramente los desengaños amorosos y los problemas de corazón, todos hemos sufrido por amor, y sabemos perfectamente que muchas veces se cae en un pozo del que es muy difícil salir…¿Pero, es entonces el suicidio una solución?
El amor es dolor, y la mayoría de las veces no sabemos manejarlo, tanto si eres quien deja y lastima, pudiendo provocar este tipo de reacciones en la otra persona, o si eres quien abandonado opta por la peor de las decisiones. De cualquier forma, el suicidio no es remedio ni solución, nadie dijo que la vida iba a ser fácil y por el contrario está llena de estos dolores, sobre todo los del corazón, que son los peores.

Se educa a la sociedad para la búsqueda y consecución del placer, y no se enseña que la vida tiene también momentos de tristeza, frustración, disgusto y que la felicidad por la realización de un deseo cumplido es un estado pasajero, efímero y por esta misma condición es tan anhelado,
Se debe evitar que el suicidio sea presentado como un acto heroico, romántico, fascinante o como la mejor solución ante determinadas situaciones.
A nivel fenomenológico, existe la fantasía inconsciente de que el acto suicida se experimentará como liberación del tormento o como un mensaje a esos objetos amados u odiados, ya que el suicida es el que aspira a volverse signo para el otro, y es por ello también que contagia.


En la antesala del acto suicida, hay una base de crisis, conflictos y ambivalencias, en donde las esperanzas se van perdiendo y las ideas suicidas vuelven una y otra vez, construyéndose en el silencio. Las circunstancias del medio no son causantes del suicidio, si pueden ser determinantes en sujetos que portan la correspondiente estructuración psíquica, ya que no todos ante penosas situaciones ocurridas en su mundo externo, optan por el suicidio, dependerá de cómo están puestas en juego las pulsiones de vida y de muerte en cada sujeto.
Hoy en día la sociedad no ofrece las condiciones suficientes para canalizar las pulsiones de muerte, dando lugar al incremento de las conductas destructivas y autodestructivas.


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